Moscú, Rusia — Desde el inicio de la invasión a Ucrania, Rusia ha sido escenario de una inquietante serie de muertes violentas y supuestos suicidios que involucran a altos funcionarios, directivos de empresas estatales, figuras culturales, periodistas y opositores al Kremlin. Estos eventos, a menudo envueltos en misterio, han generado una ola de especulaciones y sospechas sobre posibles implicaciones de las fuerzas de seguridad.
Un patrón recurrente en varios de estos casos es la caída desde ventanas de edificios, lo que ha alimentado la teoría de que algunas de estas muertes no son suicidios, sino hechos orquestados para encubrir asesinatos.
Funcionarios y Políticos Bajo Sospecha
Entre los casos más recientes destaca la muerte del ministro de Transporte, Roman Starovoit, hallado con un disparo en las afueras de Moscú, horas después de su destitución por orden de Vladimir Putin. Aunque las causas oficiales apuntan a un suicidio, la repentina decisión presidencial, supuestamente ligada al colapso del transporte aeroportuario por drones ucranianos y casos de corrupción, añade interrogantes. Poco después, Andréi Korneichuk, subdirector del departamento del fondo de terrenos del Ministerio de Transporte, murió súbitamente en su oficina por un aparente problema cardíaco.
Otro caso que ha llamado la atención es el del vicepresidente del consorcio estatal Transneft, Andrei Badalov, quien falleció tras caer desde la ventana de un edificio de viviendas. Similar destino tuvo Marina Yankina, alta funcionaria del Ministerio de Defensa, en febrero de 2023. Asimismo, Vladimir Egorov, diputado del Parlamento ruso y aliado de Putin, fue encontrado muerto en diciembre de 2023 tras caer de la ventana de su casa.
El Caso de los Opositores y Empresarios Críticos
La lista incluye figuras prominentes y críticas al régimen. El líder opositor Alexei Navalny murió en febrero de 2024 en una cárcel ártica, con el Kremlin bajo acusaciones de su familia y la oposición. El empresario y fundador del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, falleció en agosto de 2023 en un accidente aéreo, apenas tres meses después de su fallida sublevación armada. Aunque Putin habló de una explosión accidental, las especulaciones sobre un posible derribo persisten. El “rey de las salchichas”, Pavel Antov, conocido por sus críticas a la invasión, murió en India en diciembre de 2022 tras caer de un hotel.
Una Serie de Fallecimientos en el Sector Energético
El sector energético ruso ha sido particularmente afectado, con múltiples directivos de Gazprom y Lukoil falleciendo en circunstancias sospechosas:
Leonid Shulman (Gazprom, enero 2022): Hallado sin vida con puñaladas, junto a una nota de suicidio.
Alexander Tyulakov (Gazprom, febrero 2022): Encontrado muerto en su garaje; versiones apuntan a golpes.
Ravil Magánov (Lukoil, septiembre 2022): Cayó por la ventana de un hospital.
Vitali Robertus (Lukoil, marzo 2022): Suicidio en su despacho, investigado por sobornos.
Alexander Subbotin (Lukoil, mayo 2022): Muerte tras supuestos “rituales chamánicos”.
Yuriy Voronov (Gazprom, julio 2022): Encontrado con un disparo en la cabeza en su mansión.
Estos casos se suman a otros como el de Mikhail Watford, multimillonario de origen ucraniano hallado muerto en Inglaterra; Yevgeny Palant, multimillonario del sector móvil, encontrado sin vida junto a su esposa; Vasily Melnikov, empresario de suministros médicos, hallado muerto con su familia; y los exdirectivos bancarios Vladislav Aváev (Gazprombank) y Sergey Protosenya (Novatek), hallados sin vida junto a sus familias en aparentes casos de asesinato-suicidio.
Periodistas y Militares en la Lista
La lista de fallecidos también incluye a Maxim Kuzminov, un piloto ruso que desertó a Ucrania y fue tiroteado en España en febrero de 2024. El famoso bailarín Vladímir Shkliarov, crítico con el Kremlin, murió en noviembre de 2024 tras caer de un quinto piso. El popular bloguero militar Andréi Morózov se suicidó en febrero de 2024, denunciando presiones. Finalmente, la periodista ucraniana Viktoriia Roshchyna murió en una prisión rusa en septiembre de 2024, con denuncias de tortura, y el cantautor Vadim Stroikin murió en San Petersburgo al caer por una ventana durante un registro policial.
La acumulación de estas muertes en circunstancias inusuales sigue generando un fuerte debate internacional y alimenta las dudas sobre la transparencia y el estado de derecho en Rusia.