Puerto Príncipe, Haití – Una nueva y agresiva estrategia en la lucha contra la proliferación de bandas criminales en Haití ha resultado en la eliminación de más de un centenar de presuntos miembros de las infames bandas de Gran Ravine y Village de Dieu en las últimas 48 horas. La impactante cifra fue confirmada este miércoles por la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), un actor clave en la observación de la volátil situación de seguridad en el país caribeño.
Estos operativos letales son el resultado directo de la implementación de drones armados, desplegados por un grupo de trabajo especial establecido en noviembre de 2024 por el primer ministro haitiano, Alix Didier Fils-Aime. La creación de esta unidad, en un contexto de creciente control de la capital por parte de grupos armados –se estima que controlan al menos el 85% de Puerto Príncipe–, marca una escalada significativa en los esfuerzos del gobierno por restaurar el orden.
Pierre Esperance, director general de la RNDDH, detalló en un comunicado que la efectividad devastadora de estos drones se debe, en parte, a que los ataques se concentraron en una escuela abandonada, identificada como Maranatha. Esta edificación, ubicada en el sur de la capital, había sido convertida en una base operativa por grupos armados que, durante meses, han sembrado el terror entre la población civil. La elección de este objetivo estratégico habría permitido maximizar el impacto de los ataques.
La incursión de drones armados representa un giro en la ya compleja crisis de seguridad en Haití. Si bien grupos humanitarios han expresado preocupación por el riesgo de víctimas civiles en el uso de estas tecnologías, la desesperada situación en Puerto Príncipe parece haber llevado al gobierno a adoptar medidas más contundentes. La capital ha estado sumida en un estado de caos, con enfrentamientos constantes entre pandillas rivales y ataques dirigidos a la población, lo que ha provocado desplazamientos masivos y un colapso casi total de los servicios básicos.
La efectividad de esta nueva táctica militar será crucial para determinar el futuro de la seguridad en Haití. La RNDDH, a pesar de reportar las cifras de bajas, ha sido una voz constante en la denuncia de las violaciones de derechos humanos y la impunidad en el país, lo que añade una capa de credibilidad a su informe. Los ojos de la comunidad internacional están puestos en Haití, observando si esta ofensiva con drones puede finalmente debilitar el control de las pandillas y abrir un camino hacia la estabilización de la nación.