FLORIDA, EE. UU. – En un movimiento que seguramente reavivará el debate sobre la política migratoria, el presidente Donald Trump inauguró este martes en Florida el “Alligator Alcatraz”, un nuevo y controvertido centro de detención de inmigrantes. La instalación, cuya construcción ha sido objeto de intensa polémica, se proyecta con un costo anual de 450 millones de dólares.
La inauguración se llevó a cabo en medio de protestas y una ola de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y opositores, quienes tildan el centro de “prisión improvisada e inhumana”. Las preocupaciones giran en torno a las condiciones de detención y el trato a los migrantes, en un contexto de una agenda gubernamental que prioriza los arrestos y las deportaciones masivas.
Por otro lado, los simpatizantes de la Administración Trump ven en “Alligator Alcatraz” un “modelo a seguir” para la implementación efectiva de las políticas migratorias del gobierno republicano, defendiendo la necesidad de centros de detención para gestionar el flujo migratorio.
El presidente Trump recorrió las instalaciones acompañado por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en un acto que subraya la determinación de su segundo mandato en materia de inmigración. La apertura de este centro promete ser un punto focal en la discusión política y social de los próximos meses en Estados Unidos.