SANTO DOMINGO, República Dominicana — Más de 24 horas de angustia han transcurrido desde que Yuleisy Santana Cerrano, una niña de apenas cinco años, fue arrastrada por la fuerza de la corriente en una cañada del sector Los Solares, en Primaveral de Villa Mella.
Rosalina Santana, la madre de Yuleisy, salió nuevamente esta mañana en una búsqueda incansable. Ayer viernes por la tarde, en su humilde hogar ubicado a orillas de la misma cañada que se llevó a su hija, la angustia era palpable. “Lo que ha pasado con mi hija puede pasar con otra y eso hay que evitarlo”, manifestó, con la voz quebrada.
La madre, visiblemente afectada, subrayó la precariedad de su situación y la de sus vecinos. “Aquí hay demasiados niños. No vivimos aquí porque queremos, es por necesidad”, expresó, a tan solo dos metros del punto exacto donde su hija desapareció durante las fuertes lluvias de ayer. La vivienda de Rosalina, separada de la cañada por una rudimentaria pared de blocks, presenta un hueco que permite el paso del agua durante los aguaceros, una vulnerabilidad que pudo haber contribuido a la tragedia.
A su lado, Nikaury Ramírez, vecina de la familia, relató su propia experiencia durante la crecida de la cañada. “Nosotros tiramos la basura aquí”, dijo, señalando el curso de agua, y explicó la ausencia de contenedores y servicios de recolección de desechos en la zona. Ramírez, quien había arrojado un trozo de una cama a la cañada, vio con impotencia cómo ese mismo pedazo de mueble aparecía esta mañana en el punto final del cauce, precisamente donde se ha instalado el operativo de búsqueda de Yuleisy.
La comunidad y las autoridades continúan las labores para encontrar a Yuleisy, mientras la historia de su desaparición subraya la urgente necesidad de abordar las condiciones de vida en sectores vulnerables y la gestión de residuos en zonas de alto riesgo.