Járkov, Ucrania — En un ataque que subraya la brutalidad continua de la guerra, las fuerzas rusas lanzaron un ataque con drones contra un edificio de la Universidad Nacional de Farmacia de Járkov. El incidente, que tuvo lugar durante la noche, causó un incendio significativo y dejó a su paso una estela de destrucción y heridos.
El ataque se centró en un ala de la universidad, un centro de formación académica y un símbolo de la vida civil en Járkov. El impacto del dron provocó que el techo del edificio se derrumbara parcialmente, mientras un incendio devoraba rápidamente la estructura. Los equipos de emergencia, incluyendo los bomberos, se apresuraron al lugar para combatir las llamas y rescatar a las víctimas.
El balance del ataque es sombrío. Cuatro personas resultaron heridas: tres mujeres de 51, 52 y 54 años, y un hombre de 89. La edad de las víctimas resalta que el conflicto no distingue entre combatientes y civiles, y que incluso aquellos que han vivido gran parte de su vida en paz, son ahora vulnerables a los horrores de la guerra.
Este incidente en Járkov se suma a la larga lista de ataques que Rusia ha lanzado contra infraestructuras civiles ucranianas. Desde el inicio de la invasión, hospitales, escuelas, edificios residenciales y ahora, universidades, han sido blanco de la artillería y los drones rusos. El uso de drones, en particular, se ha convertido en una táctica recurrente por parte del Kremlin, permitiéndoles lanzar ataques a distancia y mantener una presión constante sobre las ciudades ucranianas.
El asalto a la universidad ha desatado una ola de condena internacional, y ha reavivado el debate sobre la protección de los civiles en zonas de conflicto. Las autoridades ucranianas han reiterado su llamado a la comunidad internacional para que se aumente el apoyo militar y se refuercen las defensas aéreas, con el fin de proteger a sus ciudadanos de este tipo de ataques indiscriminados. A medida que la guerra se prolonga, la historia de la Universidad de Járkov se convierte en un triste recordatorio de que, en este conflicto, nadie está a salvo.