En las últimas semanas, Rubby Pérez registró una exposición ante el público que lo mantuvo en la boca y corazón del pueblo. Primero, el pasado 21 de marzo, su hija Ana Beatriz, la que procreó con la diseñadora Michelle Reynoso, celebraba sus 15 años con una fiesta y un suntuoso pastel que provocó todo tipo de comentarios.
Cuatro días después, la Asociación de Cronistas de Arte, Acroarte, le rindió un emotivo homenaje, en el ceremonial de los 40 años de los Premios Soberano, por su trayectoria.
Rubby “La voz más alta del merengue” se ganó ser un artista querido, respetado y contestatario. Un gran defensor del merengue del que nunca admitió ni aceptó que el ritmo dominicano se encontrara en crisis. Fue quien inscribió la frase de que “el merengue es el ADN de la patria”.
La madrugada del martes se encontraba en el escenario, cantando alto como lo supo hacer por 50 años, aniversario que también anunció celebraría este 2025.
Era la fiesta tradicional de todos los lunes, que por décadas, se realizaba en el lugar y en donde las orquestas de merengue, salsa, bachata y merengue típico tenían el escenario por excelencia para presentar sus propuestas musicales.
La fiesta de Rubby Pérez se anunció desde hace unos seis días y los amantes del buen bailar se preparan para disfrutar de la tradicional actividad.
OTROS ACCIDENTES
En 2022, durante la presentación de su álbum “Hecho está”, en una entrevista con LISTÍN DIARIO, el merenguero rememoró cómo en dos oportunidades se le había escapado a la muerte en dos ocasiones.
El merenguero relató que cuando tenía 15 años, en 1973, un accidente de tránsito le provocó una inmovilidad en una de sus piernas, accidente, que, además, le tronchó el sueño de ser pelotero de Grandes Ligas.
Fueron momentos difíciles para el artista que encontró en el amor de su familia, especialmente de su abuela, el consuelo que lo liberó de un posible suicidio, como lo ha revelado en otras ocasiones.
Un hombre fiel creyente de Dios, formado en la Iglesia Evangélica volvió a encontrar consuelo en el Señor cuando un accidente automovilístico, por poco le segara la vida. Esa vez recordó los dolorosos momentos que sufrió durante la pandemia del Covid-19, su economía se vio afectada, pero también Dios estuvo de su lado.
Su fe cristiana la heredó de sus padres. Su papá fue fundador de una iglesia evangélica en el sector de Herrera, y allí fue donde cantó, en el coro, por primera vez.
Rubby transcurrió por la música, con deseo de ser bolerista, pero la necesidad de mantener a su familia lo llevó al merengue, en donde encontró el éxito, iniciando en Los Pitágoras de Haina, Los Juveniles del Sabor, Los Hijos del Rey y la orquesta Wilfrido Vargas, hasta tener su propia agrupación.
Sus primeros éxitos son “El africano” y “Volveré”, mientras que con su agrupación pegó los merengues “Perro ajeno”, “Buscando tus besos” y “Fiesta para dos”, entre otros populares merengues.