PARÍS, FRANCIA — Francia se encuentra sumida en el caos y la tensión social. Bajo la consigna “¡bloqueemos todo!”, miles de manifestantes han salido a las calles de las principales ciudades del país para protestar contra el nombramiento de Sébastien Lecornu como el tercer primer ministro en menos de un año. Las protestas se han extendido rápidamente, marcando un clima de profunda inestabilidad política.
El nuevo primer ministro, quien asumió su cargo este miércoles, reconoció en su discurso que el país necesita “un cambio a fondo”, una frase que resonó de forma irónica en las calles, donde los manifestantes chocaron con una masiva fuerza policial de 80,000 agentes desplegados a nivel nacional. La situación escaló rápidamente, resultando en al menos 470 detenidos hasta el momento.
Caos en las ciudades y tácticas de protesta
Las protestas han afectado a París, Lyon, Marsella y otras grandes metrópolis francesas. Los manifestantes han implementado tácticas de desobediencia civil para paralizar la vida cotidiana. Entre ellas se incluyen:
Bloqueos de tráfico en las principales autopistas y carreteras.
Barricadas improvisadas en las calles céntricas.
Actos de vandalismo, como la quema de un restaurante, que ha generado indignación y preocupación.
Bloqueos a la entrada de institutos y universidades, impidiendo el acceso a estudiantes y profesores.
El descontento social se ha intensificado ante la inestabilidad del gobierno, con la constante rotación de primeros ministros. Los manifestantes, que representan una amplia gama de sectores, han expresado su frustración con las políticas gubernamentales y la percepción de que el liderazgo actual no responde a las necesidades de la población. La escalada de violencia y los enfrentamientos con la policía han puesto a prueba la capacidad de las autoridades para mantener el orden, mientras el país observa con atención el desarrollo de los acontecimientos.