Washington/Caracas — El Gobierno de Donald Trump escaló su agresiva campaña antidrogas en el Caribe al confirmar un nuevo ataque letal contra una presunta narcolancha frente a la costa de Venezuela. El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, anunció este viernes a través de la red social X que el operativo resultó en la muerte de cuatro “narcoterroristas” a bordo.
Este incidente marca el quinto ataque de este tipo en la región, elevando el saldo de víctimas mortales reportadas a, al menos, 21 personas. La acción ha reavivado las tensiones con Caracas y encendió un debate jurídico en Washington sobre la legalidad de las operaciones militares en aguas internacionales.
La Acción y la Justificación de EE. UU.
Según el comunicado de Hegseth, acompañado de un video que muestra el impacto que destruye totalmente la embarcación, el ataque se ejecutó en aguas internacionales contra una lancha que transportaba “cantidades sustanciales de narcóticos” con destino a Estados Unidos.
“Nuestros servicios de inteligencia, sin duda, confirmaron que esta embarcación estaba traficando narcóticos”, aseguró el secretario de Guerra—término actualizado del Departamento de Defensa. Hegseth fue enfático en la postura de la administración Trump, que inició su segundo mandato el 20 de enero de 2025: “¡Estos ataques continuarán hasta que cesen las agresiones contra el pueblo estadounidense!”
El presidente Trump había asegurado previamente esta semana que el narcotráfico en alta mar estaba casi erradicado tras los ataques anteriores, por lo que este nuevo incidente sugiere que la operación ha empujado a los cárteles a modificar sus rutas y métodos.
Debate Legal: ¿Un “Conflicto Armado No Declarado”?
La legalidad de estos asaltos en aguas internacionales ha provocado una audiencia a puerta cerrada en el Congreso estadounidense. Ante los cuestionamientos jurídicos, el Pentágono remitió una carta a los senadores donde la administración Trump argumenta que Estados Unidos está inmerso en un “conflicto armado no declarado” contra grupos narcotraficantes con “fuerza letal”.
Esta postura busca eludir la restricción constitucional que reserva al Congreso la capacidad de declarar la guerra. La justificación de Washington es que los cárteles se han vuelto “más armados, mejores organizados y violentos”, y son responsables de la muerte de miles de ciudadanos estadounidenses cada año.
Tensión con Caracas y Respuesta Militar
La respuesta de Venezuela ha sido inmediata y enérgica. Caracas rechaza las acusaciones de que el presidente Nicolás Maduro y su gobierno lideran una organización de tráfico de drogas, calificando el despliegue estadounidense como una “amenaza militar”.
Movilización de Defensa: En respuesta, el gobierno venezolano ha intensificado sus ejercicios militares y la movilización de reservistas y milicias progubernamentales.
Escalada en el Aire: La tensión aumentó aún más el jueves, cuando Caracas denunció una “incursión ilegal” de varios cazas estadounidenses en una zona aérea bajo su control.
En un gesto que indica una escalada potencial, Maduro ha declarado que tiene listo un decreto para imponer un estado de conmoción exterior, una medida excepcional para tiempos de conflicto armado que ampliaría sus poderes y podría llevar a la suspensión de ciertas garantías constitucionales.
La situación actual en el Caribe, impulsada por la agresividad de la campaña estadounidense y la respuesta militar venezolana, consolida un escenario de alta volatilidad en la región.