SANTO DOMINGO, República Dominicana – Los polialcoholes o polioles, esos edulcorantes presentes en chicles, jarabes y una amplia gama de alimentos procesados, han ganado popularidad como alternativa al azúcar por su bajo aporte calórico. Sin embargo, a pesar de su aprobación por agencias como la EFSA y la FDA, un creciente número de investigaciones científicas está encendiendo las alarmas sobre sus posibles efectos no deseados en la salud.
Estos compuestos, derivados de azúcares y presentes naturalmente en frutas y vegetales, son en su mayoría producidos sintéticamente para la industria. Aportan entre 0.8 y 2.6 kcal/g, significativamente menos que las 4 kcal/g del azúcar, lo que los hace atractivos para personas con diabetes o quienes buscan reducir calorías.
Entre los polioles más comunes se encuentran:
Xilitol (E-967): Con dulzor similar al azúcar, se ha demostrado su eficacia en la reducción de la placa dental.
Eritritol (E-968): El único con cero calorías, se absorbe rápidamente y se excreta sin cambios, con mínima fermentación intestinal. No obstante, estudios recientes como el publicado en Nature Medicine lo asocian con un mayor riesgo de infarto y accidente cerebrovascular en personas con niveles altos en sangre, y un incremento en la reactividad plaquetaria.
Sorbitol (E-420): Presente en frutas y también de origen industrial, tiene un 60% del poder endulzante del azúcar y se usa en jarabes y pastas dentales.
Maltitol (E-965): Con un dulzor del 80-90% respecto a la sacarosa, es estable térmicamente y se usa en chocolates y bollería sin azúcar.
Manitol (E-421): De bajo índice glucémico y absorción parcial, puede tener efectos laxantes en dosis elevadas y, en modelos animales, modular la absorción de glucosa.
Beneficios vs. Efectos Adversos
Los polialcoholes son valorados en la industria alimentaria por su menor impacto en la glucosa sanguínea, reducción del riesgo de caries y, por supuesto, su menor aporte calórico.
Sin embargo, su consumo excesivo puede generar efectos secundarios, principalmente digestivos. Al no ser completamente absorbidos en el intestino delgado, fermentan en el colon, provocando:
Efecto laxante: Especialmente en dosis elevadas, debido a la retención osmótica de agua.
Flatulencias e hinchazón: Síntomas comunes en algunas personas.
Agravamiento de trastornos digestivos: Aquellos con síndrome de intestino irritable (SII) deben evitarlos, ya que pueden empeorar sus síntomas. De hecho, dietas bajas en FODMAP (que excluyen polioles) han demostrado ser eficaces en pacientes con SII.
La ciencia continúa investigando los efectos a largo plazo de estos edulcorantes. La reciente asociación del eritritol con un mayor riesgo cardiovascular ha generado un debate crucial sobre su seguridad, especialmente para personas con riesgo preexistente. Este escenario resalta la importancia de un consumo consciente y moderado de estos “dulces” sustitutos.