PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ — El líder pandillero haitiano Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, ha anunciado que permitirá el regreso a sus hogares de los residentes desplazados en varios barrios del centro de la capital, Puerto Príncipe. La controvertida medida, que ha sido recibida con cautela, se produce en medio de una intensificación de las operaciones policiales en el país caribeño.
En un video difundido, Chérizier, líder de la coalición de bandas Viv Ansanm, afirmó que sus “soldados” se retirarán de los sectores de Delmas 30, Solino, Christ Roi y Nazon antes de que finalice el mes de agosto. “Para corregir los errores [cometidos por las bandas], hemos decidido que la primera decisión que tomaremos será facilitar el regreso de la gente”, declaró el expolicía, por quien Estados Unidos ofrece una recompensa de 5 millones de dólares.
¿Paz o repliegue estratégico?
Esta no es la primera vez que Chérizier se refiere a la posibilidad de un regreso, pero sí la primera vez que se ha constatado el movimiento de personas hacia las áreas mencionadas. El anuncio surge poco después de que miles de desplazados se manifestaran exigiendo volver a sus barrios de origen.
Sin embargo, el anuncio ha generado debate entre analistas. Algunos sugieren que las bandas podrían estar buscando “escudos humanos” ante el inminente aumento de las operaciones de la Policía Nacional de Haití (PNH) y la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), liderada por Kenia. Chérizier, por su parte, insiste en que no ha aceptado dinero del Gobierno y que la decisión no es un pago por la paz. En cambio, afirma que su movimiento busca “preparar la batalla, plantear nuevas estrategias de lucha” contra el Consejo Presidencial de Transición (CPT), al que tildó de “ladrones”.
Mientras las bandas continúan sembrando el terror en la capital, la PNH, con el apoyo de la MSS y drones, ha logrado neutralizar a cientos de sus miembros en los últimos meses. La situación en Puerto Príncipe sigue siendo volátil, y el futuro de los desplazados pende de un hilo entre la promesa de un regreso y el miedo a quedar atrapados en el fuego cruzado.