La jueza de la Oficina Judicial de Atención Permanente de la provincia Espaillat impuso medida de coerción contra Junior Antonio Jiménez Peña, Adalberto Sosa Cepeda y Ysaac Román Ynoa, acusados de agredir físicamente a un agente de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) durante un incidente ocurrido el pasado lunes 29 de septiembre en el municipio Moca.
La decisión judicial establece una garantía económica de 300 mil pesos en efectivo para cada imputado, a ser depositada en el Banco Agrícola, así como presentación periódica e impedimento de salida del país.
Los tres hombres permanecerán detenidos hasta que efectúen el pago correspondiente.
El hecho, que fue captado en video por transeúntes y se viralizó en redes sociales, generó amplia indignación en la población y entre las autoridades del tránsito.
La identidad del agente agredido no ha sido revelada.
De acuerdo con documentos judiciales, los abogados de los acusados depositaron los arraigos laborales y personales de los imputados, mientras que un garante fue aceptado por el tribunal para asegurar su comparecencia al proceso.
Valoración de la medida
El abogado de la Digesett, Valentín Oviedo, valoró la decisión, aunque expresó que la institución esperaba prisión preventiva.
“Los hechos son graves ante la sociedad dominicana, porque no representan un buen ejemplo. Aun así, respetamos las decisiones de los tribunales”, declaró Oviedo al concluir la audiencia.
En tanto, el doctor Manuel Sánchez Chevalier, abogado de los imputados, consideró correcta la medida impuesta, afirmando que la prisión preventiva es una sanción excepcional.
“La jueza valoró los arraigos familiares, sociales y laborales de nuestros representados. Ellos enfrentarán su proceso en libertad condicional y con las garantías establecidas“, dijo el jurista.
Impidieron entrada de periodistas
La audiencia se realizó a puertas cerradas, como se estila en medidas de coerción; sin embargo, debido a una disposición administrativa del Palacio de Justicia de Moca, a los periodistas no se les permitió entrar a la edificación, ni siquiera a los pasillos donde acostumbran a realizar su trabajo.