El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negó el viernes haber firmado una proclamación que invoca una ley de hace dos siglos para deportar a presuntos pandilleros venezolanos enviados a prisión en El Salvador.
La aclaración sobre su papel en la operación se produce pocas horas después de que el juez James Boasberg, quien suspendió la expulsión de migrantes ordenada por la administración Trump, calificara las repercusiones de usar una ley de guerra de 1798 como “increíblemente problemáticas”.
El fin de semana, Trump invocó esa inusual ley para deportar a 238 hombres que, según su administración, pertenecían a la pandilla venezolana Tren de Aragua y enviarlos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador.
Para entonces, la secretaria de prensa de la Casa Blanca emitió un comunicado en el que afirmaba que Trump “firmó una Proclamación que invoca la Ley de Enemigos Extranjeros” y que el documento aparecía en el Registro Federal con la firma del presidente.
Sin embargo, Trump insinuó el viernes que su secretario de Estado fue quien tuvo más que ver con el asunto: “No sé cuándo se firmó porque yo no lo firmé. Otras personas se encargaron”, dijo el mandatario a los periodistas.
“Marco Rubio ha hecho un gran trabajo y los quería afuera, y nosotros lo apoyamos”, destacó Trump.