La Feria Internacional del Libro cerró la tarde de su octavo día (jueves) con una asistencia moderada, y con una curiosa y notable tendencia: la abrumadora presencia de público joven y su inclinación por la literatura de “romance oscuro”.
Aunque la tarde no registró lleno total, los stands con más clientes tenían a decenas de jóvenes buscando títulos que prometen emociones fuertes, personajes moralmente complejos y, sobre todo, una desconexión total con el día a día.
¿Qué es el romance oscuro?
El romance oscuro es un subgénero de la literatura romántica que explora el amor desde una perspectiva intensa y a menudo peligrosa.
A diferencia del romance tradicional, aquí las historias no giran solo en torno a la ternura o la felicidad de una pareja, sino que se centran en lo prohibido, lo misterioso y lo inquietante. Los protagonistas suelen estar marcados por pasados difíciles, secretos dolorosos o dilemas morales que ponen a prueba sus sentimientos y sus límites.
En estos libros, las relaciones se presentan cargadas de tensión y deseo, mezclando pasión con obsesión, atracción con peligro, y amor con la posibilidad de perderse a uno mismo.
“Escapar de la realidad”
Esta necesidad de evasión que varios jóvenes revelaron a este medio plantea una pregunta sobre el estado de la juventud dominicana. ¿Qué está pasando que impulsa a una generación a buscar refugio en mundos ficticios de alta intensidad emocional?
Los jóvenes consultados en la feria señalaron un diagnóstico sobre su estilo de vida actual:
Ritmo acelerado: La constante exigencia académica y laboral.
Presión económica y tecnológica: La preocupación por el futuro financiero se mezcla con la saturación digital, donde el móvil y las redes dictan un ritmo de vida extenuante.
“Estamos desconectados de lo que realmente importa,” comentó una estudiante universitaria mientras sostenía su novela de romance oscuro. “Necesitamos una motivación distinta, porque el trabajo y los estudios nos están consumiendo. Leer es el único momento en que mi mente no está en automático.”
El conocimiento y el consumo
La rutina diaria, obsesivamente enfocada en la productividad (laboral, estudiantil y económica), ha desdibujado el valor de adquirir conocimientos por el simple placer de la formación y el crecimiento personal.
El romance oscuro, con sus tramas intensas y mundos alternativos, ofrece una válvula de escape que parece más accesible y gratificante que la presión de enfrentarse al “mundo real”.
Mientras la Feria del Libro continúa sus actividades, esto deja claro que la juventud no solo busca historias en sus páginas, sino también un espacio mentalmente libre donde el ritmo lo pongan ellos, no las exigencias del siglo XXI.