El Gobierno dominicano ha completado al 100% el mapeo geológico de la Reserva Fiscal Minera de Ávila, una zona de 14,800 hectáreas (14 millones de metros cuadrados) destinada a la exploración de tierras raras, informó el asesor del Ministerio de Energía y Minas, Joel Ramírez.
La reversa, declarada por el Gobierno en 2018 para la exploración y posible explotación de tierras raras, está ubicada en la provincia de Pedernales, al sur del país, a unos 246 kilómetros de distancia de Santo Domingo y a 20 kilómetros de Cabo Rojo, una zona turística de esa provincia.
El mapeo geológico de la reserva consiste en el estudio detallado de la geología de esa área para identificar tipos de rocas, estructuras geológicas y posibles depósitos minerales, como la ‘bauxita’, una roca que podría contener tierras raras.
“Este es un yacimiento del cual se tiene conocimiento desde hace muchos años. Pero, la iteración actual podemos remitirla al año 2012, donde se confirmó inicialmente en un estudio. En 2015, fue confirmado por el servicio geológico nacional en cooperación con la Universidad de Barcelona”, explicó Ramírez.
El asesor habló del tema durante un seminario sobre minería canadiense, que organizó la Embajada de Canadá en República Dominicana. El seminario tuvo lugar en un hotel del Distrito Nacional el pasado 20 de marzo.
Con el mapeo geológico finalizado, el Gobierno ya se ha preparado para la siguiente fase:
Estudios geofísicos
Para este año, las autoridades esperan completar 75 kilómetros de estudios geofísicos en la reserva, de acuerdo con el asesor, para medir las propiedades físicas del subsuelo para detectar posibles depósitos minerales, sin necesidad de excavar.
Calicatas
Luego, se planea realizar cinco kilómetros de calicatas en 2025, dijo Ramírez. Esto podría indicar un programa de muestreo relativamente extenso. Las calicatas son excavaciones superficiales que permiten observar directamente el suelo y las rocas.
Sondeos
A través de los sondeos, según el asesor, las autoridades planean perforar este año al menos cinco kilómetros de suelo, lo que permitiría extraer muestras de rocas en profundidad para analizar su contenido mineral.